lunes, 7 de septiembre de 2009

La política del puñal.

Pasillos del Poder
Por: César Vázquez Chagoya

El pueblo de Veracruz no tiene ningún agradecimiento para el hombre que le ha enseñado lo que es la institucionalidad y sobre todo leal a sus amigos. Los jarochos somos muy desagradecidos con el señor Reynaldo Escobar Pérez, a quien se le debe hacer un monumento a la "lealtad".
Gracias al señor Escobar, encargado de la política interna como secretario de Gobierno en este sexenio del "fidelismo", todo está en calma. No hay por ninguna parte organizaciones de chóferes pidiendo placas para taxis. Como encargado del sector, los veracruzanos somos testigos que ningún agente de Tránsito extorsiona a la ciudadanía.

En su mismo sector se ha comprobado que las decenas de recomendaciones de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, dirigidas a la Secretaría de Seguridad Pública son mentiras. Es más, diversos países del mundo están pidiendo a Don Reynaldo que mande a sus policías a impartir cursos sobre los derechos humanos.

En verdad no sabemos de dónde saca el presidente municipal de Xalapa, David Velasco Chedraui, y el subsecretario de Gobierno Francisco Portilla Bonilla, que podrán meter a la fuerza pública para evitar que las manifestaciones afecten el tráfico de la capital del estado. El que vaya al centro histórico, verá que no hay ningún manifestante, porque el secretario de Gobierno de inmediato las atiende y se cumplen la demanda ciudadana.

En los medios de comunicación se documenta como el leal Reynaldo Escobar Pérez, atiende a los manifestantes de otros municipios antes que lleguen a Xalapa y nunca hemos sabido que el Gobernador Fidel Herrera tenga que hablar por teléfono con los inconformes, ni hable con algún quejoso que quiera inmolarse en la Plaza Lerdo que se ubica en frente del Palacio de Gobierno y tampoco hemos visto a gente encadenarse a los pilares del palacio.

Reynaldo, como apóstol del derecho, se le debe erigir su estatua en donde está la de Sebastián Lerdo de Tejada, total que este juarista ya se murió y ponemos la de Reynaldo Escobar Pérez, quien nos vive: no olvidemos la frase "En vida hermano, en vida". ¿Cuándo vamos a tener otro político como este ilustre veracruzano? Pero no debe ser cualquier estatua.

Como gran jurisconsulto, que entrando en 1997 al ayuntamiento de Xalapa andaba en un topaz viejo y ahora es capaz de pagarse sus carros, gasolina y chóferes para trasladarse a cualquier lugar, se le debe hacer su monumento con una toga (vestimenta tipo senadores de la antigua Roma), con una daga bajo su túnica blanca, con eso que andan vándalos destruyendo monumentos históricos. Ya basta, hay que darle a la estatua la posibilidad de que se defienda.

Mire: que bueno que los masones se opusieron a que en la escalinatas de la catedral de Xalapa se instalara la estatua del Santo Rafael Guizar y Valencia, que está sola allá por el ORFIS, y donde ya le pusieron flores gracias a un impactante reportaje del "Diario de Xalapa", en donde se demuestra que "La Santa Muerte" --que está sobre la carretera federal debajo de las instalaciones de la Secretaría de Educación-- tenía más flores y velas que el monumento del gran michoacano, a sólo 100 metros.

Se decía lo de Guizar, porque en los retratos del santo aparece con una túnica roja o púrpura, que no va con con el color de la túnica que se le pondrá a la estatua de Reynaldo Escobar Pérez. Contrario a los que llaman "traidor" a Don Reynaldo, déjenos decirle que el catedrático de la facultad de Derecho es leal a más no poder: fue director del Jurídico del PRI, allá por los años ochentas. Suplente de diputado local y sube a la titularidad cuando Ignacio González Rebolledo es alcalde de Xalapa.

En 1988, hizo bien Reynaldo en apuñalar al PRI e irse al Frente Amplio Opositor que dirigía Cuauthemoc Cárdenas: eso les pasa por no postularlo a la alcaldía. En 1991, vuelve su furia contra el tricolor porque de nuevo no le dieron la alcaldía y la juega por el PRD, pero los desagradecidos xalapeños no le dan el triunfo.

En 1997 gana la alcaldía el ex rector de la UV, Rafael Hernández Villalpando, postulado por Convergencia y el PRD. Desde el 1 de enero de 1998, Villalpando era el Dios de Reynaldo y pese a que el líder de Convergencia, Dante Delgado, se oponía a que fuera candidato a la alcaldía Escobar Pérez, lo impuso Don Rafael, quien fue desaforado por un pleito grande con el gobernador Miguel Alemán en el 2000.

Reynaldo de nuevo no iba a ser el alcalde, pero se presentó al Palacio de Gobierno acompañado por su suplente Armida Ramírez y le pidió perdón al mandatario y como un acto de lealtad se autonombró “el más alemanista de los alemanistas”. En verdad, hombre agradecido. Lo malo, es que Hernández Villalpando no tuvo la generosidad de regresarle el puñal a Don Reynaldo, que se lo había clavado por su bien para que no sufriera su alma.

Cuando nuestro héroe asume la Presidencia Municipal de Xalapa, Dante Delgado abusó de Don Reynaldo. Recomendados por aquí, recomendados por allá, pero cansado de Convergencia, corre a los convergentes y dice que Dante le pedía mucho dinero (ya ven cómo cuidó el dinero del pueblo). Mal agradecido el convergente, después que Reynaldo puso en juego su imagen inmaculada ante la ciudadanía xalapeña. Dante, también como Villalpando, no le regresa a Reynaldo el puñal, que con tanto sacrificio compró en el mercado de La Rotonda.

Como alcalde, Reynaldo durante cuatro años se preocupó por la diversión de los niños, jóvenes y ciudadanía en general e instaló por toda la ciudad las cantinas llamadas "Mi Pueblito". donde se les enseñaba a la gente a cómo subirse al tubo, tomar bebidas adulteradas, cómo llegar a casa sin dinero y sobre odo a que se adaptaran a las enfermedades sexuales y al SIDA. Los que se murieron de la ultima enfermedad, tuvieron la culpa por no tomar la medicina "PUÑAL-REY".

En el 2004, Reynaldo se quiere postular para la gubernatura por el PRD. Como todos los dirigentes de ese partido son envidiosos, no lo apoyaron. Herrera Beltrán es gobernador y como premio a la lealtad, vida sana y gran tribuno, nombra a Reynaldo como secretario de Gobierno y lo primero que hace es decir que los "alemanistas" son unos ladrones porque endeudaron el estado y se va con todo que huela al hijo del cachorro de la revolución.

Ya Reynaldo tiene casi 5 años en el cargo y ahora como el "fidelista más fidelista de todos” , no hay día que no rece para que los alemanistas le regresen los puñales, porque ya tiene pocos en sus millonarias residencias que tiene derecho a disfrutar, porque los recursos públicos han sido muy generosos con este tribuno de Xalapa.

Don Reynaldo es "fiel". ¿De qué se quejan Villalpando, Dante, el PRI, PRD, Cárdenas, los alemanistas, Dalos, etc.? No quieren entender que Don Reynaldo es de sola pieza y hasta su familia lo ataca, pero como son hijos de su prima hermana, ya resignado espera que por lo menos sus sobrinos Alejandro y Alfonso Vázquez Cuevas, le regresen algunos puñales que les clavó.
En fin. Se repite que Don Reynaldo es tan "fiel" que un día sin decir nada abandonó su oficina y desapareció, dejando de realizar sus obligaciones laborales. Don Rey es el representante legal de gobierno y muchos documentos que se van al exterior, quedaron rezagados, pero eso es culpa de los ciudadanos porque todo quieren de última hora. El hombre necesita descansar, está agobiado por andar resolviendo todos los problemas de Veracruz.

Me cae que Reynaldo Escobar Pérez sí ha sido el mejor secretario de Gobierno de la historia de Veracruz, pésele a quien le pese, además que es el único encargado de la política interna que se le inmola un ciudadano porque en 105 veces no lo recibió Reynaldo. ¡Qué desesperado!.

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