jueves, 18 de marzo de 2010

Ernestina Ascencio fue violada, perito teme por su vida

Plumas libres/Xalapa, Veracruz. 17/03/2010

El perito Pablo Mendizábal Pérez, quien fue el responsable del examen médico al cuerpo de la indígena náhuatl Ernestina Ascencio Rosario, fallecida hace tres años y en cuyo crimen se involucraron a militares mexicanos, aseguró que esta fue violada y desmintió las versiones de la Procuraduría General de Justicia de Veracruz y de la propia Comisión Nacional de Derechos Humanos, que negaron la versión.

Entrevistado en Avannoticias, el perito lamentó haber sido destituido de su cargo, luego de 23 años de labores, tras haber difundido esta versión, por órdenes del alcalde de Orizaba, Juan Manuel Díez Franco, a quien ubicó como el “brazo ejecutor del Gobierno del Estado”.

Asimismo, dijo que ya ha sufrido dos infartos desde entonces debido a las presiones a las que ha estado sometido y reconoció tener temor de ser privado de la vida.

Mendizábal reveló que tras haber examinado el cuerpo de Ernestina Ascencio constató que esta no sólo fue abusada sexualmente, sino que tenía “desgarramiento de recto y de vagina” y presentaba diversas fracturas.

Clínicamente, dijo que se halló “abundante líquido seminal” en el cuerpo de la mujer indígena, lo cual fue corroborado y certificado por la química forense.

En entrevista, Mendizábal narró que “hace tres años se suscitaron estos hechos, yo fui el primer médico que realizó por instrucciones de la Procuraduría la necrocirugía de ley, en ese entonces manifestamos clínicamente la presencia de abundante líquido seminal, porque lo tuvimos a la vista, nosotros como médicos estamos capacitados de acuerdo a color, olor, textura del líquido, a determinar que era líquido seminal”.

“Esto fue corroborado, certificado por los químicos forenses, en virtud de que se encontró posfatasa ácida, la P30 es una encima prostática única y exclusiva que se encuentra en el hombre y un cromosoma del sexo masculino”.

“Todo esto hizo que el gobierno del estado solicitara que los profesionales sostuviésemos las evidencias, los indicios porque era una injusticia la que se estaba cometiendo”.

“Luchamos hasta últimas consecuencias para sostener este tipo de versiones, pero lamentablemente la presión ejercida por la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en ese entonces encabezada por José Luis Soberanes, fue mayor y se dio un giro de 360 grados” a la investigación, pues se desmintió todo y la PGJE de Veracruz aceptó esa versión.

Como perito, Mendizabal dijo que fue investigado e inhabilitado por la PGJE, mientras que fue destituido de su empleo que ostentaba en el municipio de Orizaba, desde hacía 23 años, por el alcalde de ese municipio, Juan Manuel Díez Franco.

“He tenido que soportar la presión porque fui cesado, corrido y cesado de mi trabajo en el ayuntamiento de Orizaba después de 23 años. El presidente municipal ha sido el brazo ejecutor y llegó y me corrió sin ninguna explicación, ni motivo, pues esta persona ha sido el brazo represor del gobierno del estado”.

El perito añadió que lamentó que la represión se dio porque “mencioné que había abundante líquido seminal y no fui lo suficiente cuidadoso para que los resultados químicos lo determinaran, pero los resultados químicos posteriores fueron determinantes de que lo que clínicamente habíamos manifestado, independientemente de que (el cuerpo de Ernestina Ascencio) tenía desgarros rectal, vaginal, fracturas a nivel de tórax, porque fue fracturada todo el tórax, tanto derecho como izquierdo y zona external y una serie de lesiones que el fiscal especial del ministerio público ignoró y ahora ante estas situaciones tengo que defenderme”.

Por todo ello, acusó que contra Ernestina Ascencio se cometió una injusticia, pues “fue violada, violentada, por el hecho de ser indígena y no hablar español. Es víctima de esta situación, da la casualidad que dijeron que hasta los mismos traductores se habían equivocado”.

Y ante todo ello externó su temor por lo que pueda pasarle.

“Tememos por la integridad física mía, de mi familia y de mi integridad. Ya sufrí dos infartos, ya sufrí una persecución de la Subprocuraduría de supervisión y control, que han puesto una lupa del tamaño del sol para ver mi trabajo, que ha sido apegado a derecho y apegado a normas legales”.

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