Como ayer, aparece “el pirata” en Poza Rica este 10 de marzo para ir a Álamo y otra vez pretender despojar a campesinos del ejido “El Guayabo” de sus tierras, por el único pecado de haberse cambiado del Movimiento de los 400 Pueblos a la Confederación Nacional Campesina (CNC).
Según el líder agrario, las tierras de por vida le pertenece a su organización y no a los campesinos, únicos destinatarios de la justicia social. Según Don César, en este país no puede haber libre asociación consagrada en la Constitución General de la Republica y aun así recibe el apoyo de los gobiernos federal y estatal para seguir explotando al campo veracruzano.
La calidad moral de César del Ángel Fuentes, quedó demostrada en el año de 1967, cuando se intromete en la lucha del poder de la Unión Regional de Productores de Copra del Estado de Guerrero. Su candidato a la unión, Julio Berdeja Guzmán, perdió por más de 1500 votos de un padrón de 15 mil correros, y aun así arengó a los perdedores a tomar las instalaciones de “La Coprera”, sabiendo que había gente armada.
El resultado fue desastroso: 38 campesinos muertos y más de 100 heridos. Como buen valiente, Cesar del Ángel no lo tocó ninguna bala como sucede ahora en los enfrentamientos en el estado de Veracruz. La matanza fue el 20 de agosto de 1967 en Acapulco, Guerrero.
El “líder” huyó al Distrito Federal a refugiarse en las oficinas del titular de la Dirección Federal de Seguridad, Fernando Gutiérrez Barrios, buscando la impunidad, pero la justicia lo alcanzó y fue encarcelado en Acapulco, Guerrero. ¿Cuándo volvió César del Ángel hablar del caso de los copreros? Nunca, ni levantó, ni levantará protestas a más de 40 años de los hechos. Más hizo Lucio Cabañas Barrientos, también participante en los hechos, hoy muerto. Los valientes revolucionarios caen antes que los vividores de los movimientos sociales.
César quería muertos, pero lo alcanzó la ley. En 1990, en Veracruz, después que asumiera la dirigencia nacional de los petroleros Sebastián Guzmán Cabrera, su cuñado, invadió predios en casi todo el norte, centro y sur de Veracruz. Los ganaderos amagaron al gobernador Dante Delgado de tomar justicia por su propia mano ya que en Saladero, congregación de Tamalín, los “valerosas” huestes de César del Ángel asesinaron a un ganadero.
Fue detenido en su residencia en México y trasladado al penal de Pacho Viejo. Lo liberó el gobernador Patricio Chirinos, pero siguió con sus actos violentos, y fue apresado nuevamente en el Distrito Federal, por no venir a firmar, hasta que lo liberó el gobernador Miguel Alemán, a quien en agradecimiento inicia el acoso sobre la comunidad de Chichicaxtle, municipio de Tihuatlán, donde hay muertos y desplazados, mismo caso que vive hoy “El Guayabo”. ¿Quién lo para? Presentamos fotos de la matanza de los copreros en Acapulco donde César del Ángel inicio su carrera de “héroe”.
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