
Se acerca el final de la administración de Fidel Herrera Beltrán.
Hábil como es, no se puede dudar que su protagonismo y experiencia política lo coloquen al frente de la palestra, política y mediática, lo que resta del año 2010. Pero hay un tema indudable: Fidel Herrera a comenzado a perder control de su administración.
En su segunda presentación ante el pleno del Congreso de la Unión, la sensación de unidad o control de las fuerzas opositoras se desvanece. Las críticas estuvieron a flor de piel, si bien los formatos legislativos no permiten acotar al Ejecutivo, para cualquier observador fue obvio el cúmulo de quejas y divergencias que, a partir de ahora, comenzarán a crecer.
Y los temas que provocarán descontrol dentro de la administración fidelista son varios, pero no se puede soslayar el financiero, asunto que será sumamente criticado no solo a nivel estatal, también a nivel municipal.
Esta el tema inconcluso de los adeudos del Gobierno Federal seguirá presente. El tema da para reflexionar mucho, pocos lo han tratado o se ha escondido, ya que las preguntas quedan en el aire: si hay dinero y no pasa nada.
¿Por qué la queja de los constructores y sus adeudos?
¿Por qué no se han concluido las obras que, de acuerdo a los planes originales, ya deberían haberse entregado?
¿Por que no le salen las cuentas al IPE?
¿Por qué se le siguen retrasando los pagos en algunas dependencias a empleados de gobierno?
¿Por qué se sigue reprimiendo la queja de los policias en Xalapa por adeudos pendientes en su nómina?
Estas dudas no traen "trasfondo político", son dudas que surgen al leer las notas periodísticas de todo el estado.
Las promesas incumplidas, en el terreno de los apoyos sociales ya sea en asuntos de vivienda, despensas, regularización de predios, apoyo al campo y otros más también crecerán. Seguramente todos serán tildados de estar "manipulados políticamente", pero la realidad de los inconformes con el gobierno estatal ahí está.
El tema de la política descompondrá el escenario planeado por Fidel Herrera. Más allá de quien resulte candidato a gobernador - tema que aún no está decidido -, los aspirantes municipales se volverán un tema de descontrol ya que las imposiciones estatales o locales provocarán desequilibrios sustanciales, principalmente porque una u otras dejarán resentidos en el camino que pueden desbalancear las preferencias tal como se conocen ahora y producir resultados negativos para el PRI.
Ante todo lo que permitirá a Fidel Herrera navegar con la bandera del control político en sus manos, dependerá de lo que suceda en los primeros 3 meses de este año, la forma en la que se obtenga la unidad partidista incluyendo a todos los sectores dentro de planillas y candidaturas será vital para que el Gobernador mantenga el mayor control posible.
Pero lo innegable es que con el correr de los días, y aun a pesar de que Fidel Herrera lo niege, menos personas recurrirán a él como centro político y se refugiarán en los nuevos grupos políticos que, en la percepción de cada quien, garanticen la supervivencia política por 3 o 6 años más.
Esta lógica es la que provocará rupturas con el gobernador, es la que generará las llamadas "traiciones políticas". La supervivencia política será el principal factor de descontrol de la Fidelidad.
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