Con la vara que mides...

El flechador
Manuel H. Naranjo

Xalapa, Ver., miércoles 23 de diciembre de 2009.

Créalo o no, el asesinato de la madre del marino que participó en el asalto del condominio de lujo en Cuernavaca, donde Arturo Beltrán Leyva fue abatido por el fuego de las Fuerzas Especiales de Infantería de Marina, me cuentan, impacto a la gente de los carteles.

Supuestamente, la gente de los grupos criminales, califican el hecho de violencia extrema, innecesaria, peligrosa.

El razonamiento de la delincuencia organizada, tiene congruencia, a la gente de los carteles los conoce todo “el mundo”, los que se hacen desentendidos son los policías por razones obvias. El que sean tan populares, los hace vulnerables. La gente de los carteles, está empeñada en hacerse notar. Usan camionetas Lobo doble cabina con vidrios polarizados; frecuentan antros de vicio que blindan de sicarios de bajo nivel; las casas donde se refugian son de inseguridad, el vecindario sabe quienes son los habitantes, entran y salen armados, un día con uniformes de la PFP, otro día con ropa de la AFI y, el siguiente con indumentaria militar.

El acto de brutalidad, no tiene parangón; a partir de ahí los vecinos de las casas de seguridad, saben que están expuestos a reacciones similares de los sicarios de los carteles.

Quitárselos de encima, para la sociedad civil, es muy fácil, una denuncia anónima y ya.

Contra el hartazgo ciudadano, la protección policiaca, no sirve de nada.

Se convierte en un foco de atención, indicativo, todos sabemos que los terrenos bardeados con grandes portones donde se mueven vehículos último modelo, instalaciones que no pertenecen a ninguna empresa y, que en las inmediaciones permanentemente custodian patrullas de Seguridad Pública, son guarida de delincuentes.

Fidel Herrera Beltrán, ayer lanzó un aserto, dijo que el narco no lo trajo Él, le decía que esa es una verdad a medias; lo que el Guía Rojo no puede desmentir es que Él los adoptó.

Que Él convirtió a Veracruz de Ignacio de la Llave, en Santuario del Crimen Organizado.

Fidel es un farsante, lo ha sido toda su vida, mintió cuando dijo que “…Hemos combatido con toda energía a la delincuencia y, que han combatido con toda energía la delincuencia organizada, eso no lo acepto” y, que apoyan las acciones emprendidas por el presidente de la República Felipe Calderón Hinojosa”

Han transcurrido 60 meses y 23 días de gobierno de La Fidelidad, de ese largo inter, no existe ningún registro de acciones en contra del Crimen Organizado.

Sus secretarios de Seguridad Pública, empezando por Juan Manuel Orozco Méndez (a) El Chupón, se significaron, por la protección, que no combate a las bandas de sicarios, ahí queda como antecedente el enfrentamiento en Oluta-Santa Fe.

El Chupón ordenó el levantamiento de los cadáveres ---extraoficialmente se mencionaba que rebasaban los 35--- sin que el Ministerio Público y Servicios Periciales, actuaran como la normatividad obliga. El destino de los cadáveres, a esta hora, sigue siendo un misterio. Aquel enfrentamiento fue entre Zetas y Gente Nueva. Nunca hubo detenidos de ninguno de los bandos. Al no existir verdad legal, surgieron las especulaciones, versiones sin comprobar, que agitaban, calentaban el ambiente, la fama pública señalaba que la Gente Nueva era un comando de El Chapo Guzmán; aquello ocurre cuando los Beltrán Leyva estaban integrados al clan de El Chapo.

La Gente Nueva, presuntamente habían llegado a limpiar Veracruz; a lo mejor es coincidencia, pero aquellas fueron acciones semejantes a los supuestos ofrecimientos que Arturo “El Barbas” Beltrán Leyva, hizo en Morelos, limpiar el estado.

El 3 de marzo del 2007, un comando armado ---oficialmente se dijo que fueron 5 los muertos--- asaltó el Hipódromo de Villarín, para ejecutar al Z 14, lugarteniente de Heriberto Lazcano Lazcano y presumiblemente más de 75 personas. Afuera, en la entrada del Hipódromo de Villarín, a bordo de una patrulla, estaba Juan Manuel Orozco Méndez (a) El Chupón. Cuando la masacre estaba en pleno apogeo, El Chupón huyó, presuntamente para refugiarse en las instalaciones de la delegación regional de Seguridad Pública en Paso del Toro, a 16 kilómetros aproximadamente del escenario de los hechos.

72 horas después, en las inmediaciones de La Boticaria, sede de la Comandancia de la Sexta Región Militar, de la que era titular el general de división Sergio López Esquer, actualmente secretario de Seguridad Pública del Estado, asesinaron al sub coordinador de la policía intermunicipal Veracruz-Boca del Río, Gerardo Monrraga; el móvil supuestamente fue el robo de 2 millones de dólares, la bolsa del Derby de Villarín.

Por las características de los ilícitos, la PGR atrajo las investigaciones; eso le simplificaba a Fidel Herrera Beltrán la responsabilidad gubernamental.

Gerardo Ochoa Artezán (a) “Lacaine”, fue a la muerte de “El Kelín”, el presunto operador del trasiego de drogas en la Costa Esmeralda. “Lacaine” y Fidel son viejos conocidos. En un portal de internet, cuyo titular es un periodista de Minatitlán, Ver., publicaron una fotografía de Gerardo Ochoa Artezán caminando abrazado a Fidel Herrera Beltrán; horas después la gráfica la bajaron del portal, por razones más que obvias. En la gráfica se ve a “Lacaine” inclinado sobre el hombro de Fidel hablándole al oído.

Le cuento

Con la llegada de Sergio López Esquer a la secretaría de Seguridad Pública del Estado, la corporación en los mandos medios y superiores se llenó de militares, de la escoria del Ejército.

Sergio López Esquer, integró a gente como Epaminondas Prior, un militar ex convicto por robo de autos y protección a narcotraficantes, cuando estuvo destacamentado en el Batallón de Caballería Motorizada en Matamoros, Tamaulipas.

Otro ejemplo es el general brigadier José Torres Hernández, indiciado por intento de contrabando a bordo de una aeronave del Ejército, cuando formaba parte del Estado Mayor Presidencial.

Antes de ser sub secretario de Seguridad Pública en Veracruz, Pepe Torres había sido secretario de Seguridad Pública Municipal en Cancún, una de las plazas mejor controladas por el narco después de Ciudad Juárez y Tijuana.

Lo que en principio se suponía, poco a poco va tomando forma, las detenciones y ejecuciones de los miembros de La Compañía se atribuían a delaciones de los policías de La Fidelidad.

Allá en Soledad de Doblado, Ver., la Infantería de Marina tomó por asalto una casa de seguridad donde vivía “El Gonzo”, Zeta 20 o El Auditor, Ahí en la casa propiedad de Enedino Utrera, presidente del Comité Municipal del PRI, hermano de Carlos Utrera (a)” La Gata Chaca” y de Candelario Utrera, ex presidente municipal de Soledad de Doblado, mataron al “Gonzo”.

48 horas después, el cadáver mutilado del delegado regional de Seguridad Pública del Estado en Paso del Toro, fue tirado embolsado a unos metros de la casa donde fue asesinado “El Gonzo”.

Unos minutos después del hallazgo del cadáver del delegado de Seguridad Pública, en una cuneta del puente del libramiento, allá en Soledad de Doblado, sobre el río Jamapa, también fue encontrado el cuerpo de otro policía apodado “El Dólar”, comandante en la vecina población a Soledad de Doblado, Manlio Fabio Altamirano, Ver.

La ñapa

Recientemente intentaron levantar a Pepe Torres, hubo un enfrentamiento a balazos y persecución por uno de los fraccionamientos de lujo de Xalapa, Las Animas.

¿La causa? Presuntamente por las delaciones.

Que más verdad que los señalamientos del presidente Calderón en los eventos sobre seguridad, cuando viéndolos de frente, sin decir nombres, encaraba a Fidel Herrera Beltrán y decía “…Que pese a algunos, el combate a la delincuencia organizada no se parara”

Fidel Herrera y López Esquer, se tragaron la lengua cuando atentaron con el comandante Vázquez, sub coordinador de la policía intermunicipal Veracruz-Boca del Río, allá en la colonia Chalchihuecan de la ciudad de Veracruz.

Los sicarios asesinaron a la esposa y los hijos del comandante Vázquez.

Aquella noche, al comandante Vázquez le retiraron la escolta.

Sus llamadas de auxilio, nunca fueron atendidas, por el orgullo de Fidel Herrera Beltrán, el C4.

Horas antes del atentado, el comandante Vázquez se entrevistó con el general de división Sergio López Esquer, secretario de Seguridad Pública del Estado, para informarle que tres grupos de narcos le habían propuesto libertad para operar la plaza; además le dijo que de esos hechos, el teniente De Dios, coordinador de la policía intermunicipal, había sido informado y que su respuesta fue: “…aplica la filosofía del Toma Todo”

En el asesinato de la madre del marino, las autoridades de la PGR deben investigar de donde salió la delación.

¿Si los marinos actúan embozados, como lo identificaron?

¿Si el comandante Vázquez únicamente habló con el teniente De Dios y con el general Sergio López Esquer, quién lo delató?

Fidel, además de mentiroso es cínico.

Tan, tan.


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