domingo, 17 de enero de 2010

GOBIERNO ESTATAL NO PAGA A SUS EMPLEADOS POR QUE ESTÁN EN NÚMEROS ROJOS.

SE QUEDARON VESTIDOS Y ALBOROTADOS

Más de tres mil empleados de confianza del gobierno estatal, que perciben su sueldo por medio de recibo de honorario o compensaciones, están que trinan porque el viernes pasado se quedaron "vestidos y alborotados" ya que no se les pagó la segunda mitad de su aguinaldo que les adeudan desde el mes pasado.

Durante horas hicieron filas en los bancos y cajeros automáticos para toparse con la novedad de que sus cuentas estaban vacías. Es la segunda ocasión que les aplica el mismo engaño que en la última quincena del mes de diciembre. Según sus contratos, estos trabajadores tienen derecho a dos meses de aguinaldo que se les debió pagar el 15 de diciembre pero la Secretaría de Finanzas y Planeación les notificó que lo daría en dos exhibiciones, una esa quincena y la segunda al concluir el mes. Hasta el momento, solo se les ha pagado la primera parte.

A principios de enero los empleados reclamaron el pago a la Sefiplan a través de las unidades administrativas de cada dependencia y les respondieron que el faltante se cubriría el viernes pasado pero les repitieron la dosis. Ahora se les dice que el pago se realizará hasta el miércoles 20 pero la versión es que se hará al final del mes.

El argumento que ofrece el secretario de Finanzas, Salvador Sánchez Estrada, es que no hay dinero en caja para cubrir esos compromisos aunque la sospecha de los mismos empleados es que los fondos fueron puestos a "sudar" en las instituciones bancarias para que alguien se lleve una buena tajada por los intereses recibidos durante un mes.

La decisión de retrasar pagos a los empleados de confianza pudiera ser sencilla para funcionarios que cobran salarios altísimos en el organigrama estatal y que no les preocupa dejar colgados a cientos de familias que esperan ese dinero que muchas veces ya está comprometido para el pago de deudas.

Los afectados están indignados pues muchos de ellos que llevan varios años trabajando para el gobierno estatal afirman que en ningún otro sexenio les habían jineteado el salario y los habían castigado con los retrasos del sueldo que ya devengaron.

NÚMEROS ROJOS

En el interior del gobierno estatal es insistente la versión de este tipo de casos obedecen a que ya se quedaron sin dinero, las arcas están vacías y la administración trabaja en números rojos. Para empezar, el derroche exorbitante de recursos públicos que se usaron para las campañas priístas del 2009 dejaron un boquete en las finanzas estatales que no se ha podido tapar. Las deudas con los proveedores, constructores, el IPE, el ISSSTE y otras instituciones son enormes y ya calan porque los reclamos también crecen día a día.

La bursatilización de las participaciones federales a futuro no ha funcionado como se había planeado y el dinero no está disponible. A lo anterior se adiciona la orden de gobierno federal para retener todo recurso que se deposita a fideicomisos bipartitas o directamente a las arcas estatales hasta que concluyan los comicios, es decir, le están cerrando la llave para que no se desvíen a cuestiones electorales.

Por este motivo desde un par de semanas se dio a orden a todos los corifeos rojos, léase alcaldes, funcionarios, líderes partidistas y legisladores para lanzar reclamos contra la federación, exigiendo que se liberen los recursos destinados a supuesta obra pública y proyectos productivos, los cuales en realidad se utilizarán como salvavidas financiero.

Vaya, hasta quieren aprovechar el frío para reclamar dinero del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden) para 142 municipios que resintieron la onda polar. Ante la negativa de la Secretaría de Gobernación para caer en el rejuego y liberar tales recursos, el propio gobernante estatal tuvo que salir a la prensa para quejarse públicamente por la llave cerrada.

Conociendo la demagogia, al rato van a salir con que Veracruz está más devastada que Haití con tal que les acerquen los dineros que son tan urgentes tanto para salir de deudas como para atender el gasto electoral que ya se acerca. Los tiempos se vienen encima y el cajón sigue vacío.

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