Cinco décadas de lo mismo

El flechador
Por: Manuel H. Naranjo

Cd. de México, D.F., martes 11 de agosto 2009.

Parece que fue ayer.

Pero no, ya han transcurrido casi cinco décadas desde entonces, desde el asalto a finca El Cocal, situada a espaldas del seminario en Lomas de Tejería, municipio de Veracruz, Veracruz, cuando “levantaron” a Felipe “El Indio” Lagunes Castillo, jefe de la organización criminal denominada “La Sonora Matancera”. Ejecutado en las inmediaciones de Lerdo de Tejada y Saltabarranca, Veracruz, en una comunidad llamada San Martín de Porres, en un predio propiedad del general Celso Vázquez, jefe de ayudantes de Miguel Alemán Valdéz y, tío de Cirilo Vázquez Lagunes. Cuyo cadáver fue localizado a unos pasos de la carretera federal Matamoros-Puerto Juárez, tramo Lerdo de Tejada-Angel R. Cabada.

Los operadores del asalto a El Cocal, fueron un porro de la Universidad Veracruzana, Mario Enrique Escobar Escobar (a) El Loco Betín, que en la era de Manuel Gutiérrez Zamora (a) El Pipiaco, en la Procuraduría de Justicia del Estado, fungió como agente del Ministerio Público del fuero común e, Hirám Morales Morales, un gatillero a sueldo, que hacía las veces de jefe de la escolta del gobernador Agustín Acosta Lagunes.

El tiempo y las circunstancias hicieron posible que El Loco Betín fuera inspector general de policía municipal en Veracruz, Ver.; y posteriormente director general de Seguridad Pública del Estado. Aquello ocurre en el gobierno de Agustín Acosta Lagunes, pariente de Felipe “El Indio” Lagunes Castillo.

Los personajes de la vida criminal en Veracruz, como piezas de rompe cabezas encajan justo donde les corresponde.

Le cuento

El padre de los Vázquez Lagunes, don Ponciano vivió en La Mesa de 24, municipio de Alto Lucero, Veracruz; Cirilo cuando recién llega a Veracruz, Ver., para estudiar el bachillerato, vivió en casa de unos amigos de su padre en las calles de Uribe y Gral. Prim; posteriormente en el edificio Virginia, en la avenida Independencia y la calle de Ocampo, uno de sus vecinos fue Miguel Angel Yunes Linares. El primo de Héctor Yunes Landa.

Cuando la situación económica les cambia a los Yunes de Soledad de Doblado, a medida que el “cajón de ropa” dejaba de ser el camuflage que encubría la verdadera actividad de los hermanos Yunes, presumiblemente la venta y tráfico de piezas arqueológicas, las familias se mudaron a Veracruz. Ahí crecieron los Yunes de la generación de Miguel Angel y Héctor.

En los primeros días de junio de 1983, el restaurante bar Garlic’s, César Yunes Landa, hermano de Héctor, cuando menos atiborrado de alcohol, le tocó las nalgas a la esposa de Felipe Ruiz Ortiz. La señora cenaba con amigos entre los que estaban Felipe “El Indio” Lagunes Castillo y su esposa Minerva Lagunes, la hija menor del cacique Antonino Lagunes, oriundo de la congregación de Vargas, municipio de Veracruz, Ver.

El Indio Lagunes, ordenó a sus gatilleros que acercaran a César Yunes Landa, le preguntó: “…¿Sabes quienes somos?”
“…Sí, Indio” fue la respuesta. No terminaba de responder el primo de Miguel Angel Yunes Linares, cuando El Indio le propinaba un golpe con el cañón de la pistola por haberle llamado Indio. “…Así, solo mis amigos me llaman”

El tiempo, el dinero y las deslealtades, cambiaron las cosas, dos hermanos, jóvenes mecánicos a los que Felipe Lagunes Castillo les había dado todo, lo traicionaron, uno de ellos, Roberto fue el que tocó la puerta de la casa de El Cocal para que El Indio abriera. Esto no es una verdad legal, no hubo ninguna indagatoria ministerial del asalto, secuestro y ejecución de Felipe Lagunes, empero, Roberto y su hermano, empezaron a visitar un negocio de artesanías ubicado en el boulevard Manuel Ávila Camacho, denominado “El Muelle del Pelícano”, coincidencia, ---“que cosas tiene la vida Mariana”--- pero los propietarios de la tienda de artesanías eran los Yunes Landa.

Ahí se las dejó de tarea.

Felipe Ruiz Ortiz y su esposa Patricia Sosa, ahora están emparentados políticamente con las familias Chedraui y Fernández Ávila. Felipe abandonó la política patriarcal, desconoció la autoridad del hermano mayor, Valentín y, se unió a Fidel Herrera Beltrán, para convertirse en el constructor preferido, aunque la fama pública señale que son socios y/o cómplices.

Valentín, el hermano mayor de la dinastía de los Ruiz Ortiz, igual que Francisco Colorado Cessa hizo con Fidel Herrera Beltrán, prestó a Miguel Angel Yunes Linares, el Turco choleño, su Jet privado para los desplazamientos a lo largo y ancho del estado, en los trabajos de campaña preelectoral.

Valentín fue, eso era un secreto a voces, el presunto operador financiero de Felipe “El Indio” Lagunes Castillo.

El dinero de “La Sonora Matencera” servía para financiar las campañas políticas de diputados y gobernadores, vía un Comité de Financiamiento que presidían Valentín Ruiz Ortiz y el asesino particular de Miguel Alemán Valdez, Arturo Izquierdo Hebrard, el padre de Miguel Alemán Velasco, ex gobernador de Veracruz. Dinero que por supuesto, también se destinó para financiar las campañas de Fidel Herrera Beltrán.

Ahí se las dejo de tarea.

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